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El sedentarismo es casi tan malo como ser fumador

Una reciente investigación que publicó la Universidad de Gothenburg, en Suecia, indica que la falta de actividad física puede afectar la salud, casi de la misma forma que el fumado. Dado que al ejercitarse el cuerpo aumenta la capacidad aeróbica,  mientras que un estilo de vida sedentario y la obesidad la disminuyen.

Para el estudio recopilaron información a largo plazo de una gran base de datos. Primero se analizaron desde 1963 a 1000 hombres sanos de 50 años y se sometieron a una investigación durante el resto de su vida.

A los 4 años de empezar el experimento los encargados de la investigación crearon una fórmula para medir la capacidad aeróbica de estos hombres.

Con el objetivo de conocer el impacto de la actividad física en la esperanza de vida, agruparon a los voluntarios en 3 grupos según su capacidad aeróbica (baja, media y alta), 4 años después de empezar el estudio. La investigación llevó casi 50 años, en los que se hizo un seguimiento de la salud de los pacientes una vez cada 10 años y se fueron registrando a los que iban falleciendo.

Se enfocaron en factores como la capacidad aeróbica, el colesterol, la presión sanguínea y su historial como fumador.

La primera conclusión fue que fumar es lo que mayor impacto tiene sobre la esperanza de vida. Sin embargo, la baja capacidad aeróbica le seguía muy de cerca. Existía un 21% más de probabilidades de morir prematuramente entre los que tenían una capacidad aeróbica baja, en comparación con los que tenían una capacidad aeróbica media. Mientras que comparando con los que tenían una capacidad aeróbica alta, el riesgo de muerte temprana alcanzaba hasta el 42%.

Por otro lado, se concluyó que el ejercicio se vincula con una notable reducción de enfermedades crónicas.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud afirma que un nivel adecuado de ejercicios en personas adultas favorece para:

  • Reducir el riesgo de hipertensión, derrame cerebral,  cardiopatía coronaria, diabetes, cáncer de mama y de colon y depresión.
  • Mejorar la salud ósea y funcional.
  • Mantener el peso ideal.

Por su parte destacan que entre los 5 y 17 años se debe de hacer como mínimo 60 minutos diarios de actividades físicas, principalmente aeróbica.

Entre los 18 a los 64 años se deben realizar al menos 150 minutos a la semana de actividad física aeróbica.

A partir de los 65 años se debe hacer también unos 150 minutos semanales de actividad física pero prestando atención a los músculos más débiles.

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